Así se expresó al conmemorar la fiesta de la Divina Misericordia durante la misa que celebró en la Iglesia romana de Santo Spirito in Sassia, en su primera salida del Vaticano en más de un mes.
“Se parte de esa idea y se sigue hasta llegar a seleccionar a las personas, descartar a los pobres e inmolar en el altar del progreso al que se queda atrás”, denunció el Papa.
“Pero esta pandemia nos recuerda que no hay diferencias ni fronteras entre los que sufren: todos somos frágiles, iguales y valiosos”, recordó Jorge Bergoglio en su homilía.
En ese marco, pidió el Papa “que lo que está pasando nos sacuda por dentro”.
“Es tiempo de eliminar las desigualdades, de reparar la injusticia que mina de raíz la salud de toda la humanidad”, convocó y llamó a aprender de la primera comunidad cristiana en la que “los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno”.
“Porque sin una visión de conjunto nadie tendrá futuro”, planteó luego, y pidió ser “misericordiosos con el que es más débil” ya que “sólo así reconstruiremos un mundo nuevo”.
Luego, al recitar el Reginae Coeli, la oración que reemplaza tras la Pascua al tradicional Ángelus dominical, el Papa hizo un llamado para afrontar de forma “solidaria” la pandemia.
“Que la misericordia cristiana también inspire la justa comunión entre las naciones y sus instituciones, para afrontar la presente crisis de manera solidaria”, pidió Bergoglio.
Fuente: Télam
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