Un solitario gol de Luis Suárez enchufa a Uruguay en la pelea por el Mundial. A medio gas y sin brillo, los de Diego Alonso superaron a una inofensiva Paraguay y se acostaron en la cuarta posición de la clasificación para el Mundial de Qatar. No estaban para florituras los charrúas tras su mala fase de clasificación, pero han aparecido en el momento justo.
En la primera mitad se jugó lo necesario, pero se esbozó lo que iba a pasar. Paraguay presenta unas carencias brutales en todas las líneas. Arriba, Sanabria ni la olió y la única que tuvieron los de Barros Schelotto fue un cabezazo de Carlos González a centro de Almirón que salvó Giménez con apuros. Era el minuto 8 y ya no tuvieron más opciones en todo el choque.
Uruguay no mostró un gran colmillo arriba, pero metió miedo a balón parado. Los paraguayos cogieron el gusto a dejar sólo a Godín y el central remató una al palo y otra obligó a firmar un paradón a Silva.
La otra madera llegó tras un cabezazo de Luis Suárez que prolongaron dentro del área y entre Silva, que rozó con los dedos, y el palo evitaron el primero de los visitantes.
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La segunda parte agudizó el despropósito defensivo de Paraguay. Uruguay necesitó muy poco para llevarse el partido. En un balón sin aparente peligro los centrales paraguayos despejaron dos veces de cabeza y concedieron dos rebotes cuando estaban muy adelantados. La jugada acaba con un balón a su espalda de esos que Suárez no perdona. Tampoco falló en Asunción.
Un simple fogonazo sentenció al cuadro de Guillermo Barros Schelotto. Uruguay hizo lo que quiso: no sufrió, paró el juego, calentó la cosa cuando hizo falta y, en definitiva, dio un máster de gestión de esfuerzos y fútbol para meterse de lleno en la pelea por estar en Qatar.
Fuente: MARCA.
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